El Reverend de Lost Acapulco: “El surf mexicano sigue vivo y más guitarrero que nunca”

La leyenda del surf-rock mexicano Lost Acapulco regresa con nueva música, una formación renovada y una energía que promete sacudir el Lunario del Auditorio Nacional. En entrevista para Día de Perros, El Reverend, guitarrista del grupo, comparte los detalles detrás del nuevo disco y reflexiona sobre el legado de tres décadas de surf instrumental.

“Teníamos ideas desde la pandemia. Un día dijimos: ya hay buen material, hay que grabar. Nos pusimos en contacto con el señor Ramírez, que vive en Australia, y en tres semanas salió muchísimo material”, cuenta.

El resultado fue un álbum más intenso, con un sonido dominado por guitarras y fuzz, que incluso dejó canciones guardadas para un futuro lanzamiento. La evolución también llegó a la alineación: el bajista Gus pasó a la guitarra y se incorporó Shelly, nueva bajista, aportando un toque fresco y poderoso al grupo.

“Es un disco de guitarras. Hay temas con tres guitarras que suenan muy fuertes, como Dead by Robots. Hemos dado dos vueltas de tuerca a lo que hacíamos”, afirma El Reverend.


Una nueva etapa y un show especial

Lost Acapulco celebrará sus 30 años con un concierto el 19 de octubre en el Lunario, un recorrido visual y sonoro por su historia. El espectáculo incluirá proyecciones, secuencias de películas mexicanas donde la banda participó —como Matando Cabos— y bloques temáticos de sus distintos discos.

“Queremos hacer un show distinto, con visuales, cine y un sonido impecable. Es un reto y una celebración”, adelanta.

A pesar de los años, la banda mantiene su espíritu independiente y su compromiso con la música orgánica. Para El Reverend, ni la inteligencia artificial ni las tendencias digitales pueden reemplazar el factor humano.

“Si no nos ponemos las pilas como creativos, la tecnología nos va a comer. No hay nada como lo humano, lo orgánico.”

Con su característico humor, la banda promete un cierre vibrante con Tsunami Mami, el tema más bailable del nuevo disco. Lost Acapulco sigue demostrando que el surf mexicano no solo está vivo, sino que suena más fuerte que nunca.